mental wellbeing
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El bienestar psicológico involucra aspectos que van desde la autoaceptación hasta la satisfacción con uno mismo y con las propias creencias y valores, así como sentir un equilibrio emocional tener empoderamiento para desarrollar propósitos vitales y tomar decisiones. Aquí puedes ver consejos sobre cómo aumentar tu bienestar psicológico:
- Ten uno o varios propósitos: tener objetivos y metas para conseguir en la vida, te hace vivir con más motivación y entusiasmo, lo cual contribuye a tu bienestar. Los objetivos pueden ser a corto, a medio y a largo plazo; no obstante, márcate objetivos realistas y realizables. Y si no consigues tu propósito, no te frustres. Seguro que has aprendido e incluso te has divertido en el camino hacia tu objetivo. ¿Y quién sabe? Puede que la próxima vez lo consigas.
- Realiza tus tareas: las responsabilidades pueden ser aburridas, pero cumplir con ellas nos llevan a conseguir los propósitos que nos hemos fijado. Por ejemplo, ordenar la habitación para conseguir un espacio personal agradable, o estudiar para aprobar un examen. Sólo el hecho de esforzarse puede reportar mucho bienestar.
- Haz cosas que te gusten: tener aficiones es clave para el bienestar psicológico. Puedes tocar un instrumento musical, jugar videojuegos, practicar deporte, leer…
- Mantén un equilibrio entre hacer tareas y hacer descansos: Trabajar sin parar puede dejarte totalmente exhausto y emocionalmente derrotado. Del mismo modo, tampoco te abandones en la ociosidad, podrías dejar áreas descuidadas de tu vida, como a tus seres queridos o tus propósitos vitales.
- Atesora lo que has aprendido hoy: todos los días aprendemos algo nuevo, no solo en el ámbito académico, sino también en el ámbito personal. Dedica unos minutos al final del día a pensar en lo que has aprendido hoy, y saborea este nuevo conocimiento. ¡Es muy satisfactorio!
- Resuelve tus asuntos con tranquilidad: cuando tengas un problema o una preocupación, trata de meditarlo con calma. Puede ser una buena idea reflexionar sobre el papel, por ejemplo, llevando un diario personal. Organizando los pensamientos, es más fácil tomar una decisión sin dejarte arrastrar por la ansiedad y por las ideas obsesivas, que nos impiden avanzar en la resolución del problema.
- Aceptación: debemos aprender a querernos a nosotros mismos y aceptarnos tal y como somos. Del mismo modo, debemos aceptar las cosas que nos ocurren, siempre y cuando estas no se puedan evitar, y pasar página cuando no tenemos control sobre ello. En conclusión, si no lo puedes cambiar, no merece la pena preocuparse más. Aceptar lo inevitable es clave para el bienestar.
- Vive el presente: aunque no es incompatible con hacer planes para el futuro o recordar momentos agradables del pasado, no hay que olvidar que lo más importate es el presente. Ser conscientes del aquí y del ahora, te permite detenerte en el momento actual, pudiendo aprovechar y disfrutar de todo lo que acontece.
- Practica la relajación. Para ello, túmbate o siéntate confortablemente. Cierra los ojos. Puedes poner música tranquila si lo deseas. Trata de respirar cada vez más despacio y profundamente. Concéntrate en tus grupos musculares (pies, pantorrillas, vientre, espalda, dedos, manos, antebrazo, brazo, cuello, nuca, boca, frente…), uno por uno, y trata de dejarlos cada vez más sueltos y relajados con cada respiración. Aleja pensamientos ansiosos repitiendo mentalmente mantras o mensajes positivos como: “Todo está bien” o “Disfruto de lo bueno de mi vida”. Cuando te sientas más relajado, vuelve poco a poco a tu actividad; aunque también puedes practicar la relajación para dormir.